Muy a menudo, provienen de nuestra personalidad, nuestra educación o experiencias pasadas (de nosotros o de nuestros seres queridos).
Por ejemplo, es como si una persona estuviera convencida de que no puede cargar más de 50 kilos cuando, en realidad, su cuerpo es capaz de levantar 70. De repente, él o ella nunca intentará ir más allá de esta etapa.
Hay muchas razones que podrían llevar a esa persona a creer que no puede hacerlo, por ejemplo: Se asusta al pensar que puede ser mucho peso, se lastimó la espalda hace tres años mientras intentaba un desafío parecido de levantar peso, o muchas veces en su casa le dijeron que no era lo suficientemente fuerte para levantar peso y lo creyó.
Sin embargo, su cuerpo puede levantar más, pero en su mente sigue el pensamiento y la creencia firme de que no puede hacerlo.
Estas creencias limitantes son bloqueadoras porque te impiden hacer lo que realmente quieres. Lo que nos lleva constantemente a justificar nuestro comportamiento y nuestros resultados.
¿Cómo Identificar las creencias limitantes?
Encontrar tus creencias limitantes no es fácil porque no se distinguen claramente del resto de los pensamientos. Se presentan como si fueran normales y muchas veces no somos conscientes de ellas.
Es por ello que podemos tener creencias limitantes con relación al dinero, a la felicidad, al amor, al trabajo o al éxito.
Aquí hay algunos ejemplos típicos de creencias limitantes:
- Me encantaría hacer eso pero ...
- No es para mí
- Es difícil
- Soy demasiado viejo, o no lo suficiente (atlético, fuerte, etc.) para hacerlo.
- Mis padres / amigos / empleadores no me dejaron hacer esto.
- Es diferente para los demás.
Ten en cuenta estas oraciones u otras parecidas. Tan pronto como te escuches pronunciándolas o pensando en alguna de ellas, toma consciencia y pregúntate si realmente existe una razón cierta para no hacerlo o simplemente está en tu pensamiento.
¿Qué pasaría si lo intentas? y realizas eso que piensas que “es imposible hacerlo”.
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