Con frecuencia para lograr resolver los problemas con el equipo la solución es aumentar el control sobre las personas, pero no siempre funciona, llevando al líder y al equipo a una situación peligrosa de conflictividad y ese peligro debe ser evitado.
Si deseas liderar a otros con éxito, debes tener una creencia diferente; una que te permita relacionarte con los demás con un estilo de liderazgo diferente.
Este pensamiento comienza con la comprensión de que los líderes influyen, no controlan. Una vez que comprendamos y creamos eso, tomaremos medidas y tendremos la oportunidad de marcar la diferencia para los demás.
Si no lo hacemos, nada cambiará excepto nuestro nivel de frustración. Cuando cambiamos de una mentalidad de "control" a una mentalidad de "influencia", tenemos la oportunidad de marcar la diferencia, la oportunidad de influir en el cambio y la posibilidad de lograr el éxito como líderes.
La verdadera influencia es lograr que las personas realicen las cosas de manera voluntaria y con entusiasmo.
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