La Venezuela de hoy
está íntimamente relacionada al emprendimiento.
La
existencia de grupos que escogen ser proactivos, luchando contra viento y marea
ante las adversidades económicas, políticas, sociales y hasta culturales, han
encontrado oportunidades ante la crisis actual. Ellos han desarrollado el
verdadero concepto de ser emprendedor ya que no se encuentran día tras día
visualizando su entorno, verificando aquellas necesidades insatisfechas, con
ojos abiertos ante oportunidades que generen cambios y por supuesto analizando
las debilidades de sus competidores.
Los
cotidianos cambios drásticos que vivimos actualmente los venezolanos, han
permitido que desarrollemos ese notable optimismo racional en donde cada uno
aprecia mejor las oportunidades y el correr riesgos controlados lo que minimiza
las amenazas en su entorno.
Es
por ello que las empresas actuales entienden que del caos en las
organizaciones, en el país, en las simplicidades de un poblado, la falta de
información, la incertidumbre, la confusión, la inestabilidad y los cambios,
generan opciones para proyectos o propuestas de negocios, ya que en este
contexto la competencia es menor por lo que la rentabilidad será mayor, a
diferencia de aquellos entornos en donde se predice casi a la perfección el
futuro o en donde se anticipen los escenarios, ya que en estos se observa un
menor nivel de rentabilidad y mayor competencia, lo que impide en la mayoría de
los casos emprender.
En
Venezuela existen empresas crecientes así como aquellas que fracasan, es aquí
donde la inquietud se genera cuando nos preguntamos ¿Fracasan porque abandonan
sus sueños? ¿Fracasan porque no están preparados para surgir? ¿Fracasan porque
no poseen los conocimientos gerenciales adecuados? o ¿Fracasan porque
simplemente no se debe emprender en Venezuela?.
Debemos entender que nunca un emprendedor exitoso
abandona sus sueños, por el contrario, los acerca más a la realidad. Por otro
lado, se ha determinado que los venezolanos emprendedores salen a la calle con
su idea sin estar preparados para sacar a flote sus empresas, en su mayoría y
gracias a los aportes del IESA, obtienen sugerencias o consejos de sus
familiares y amigos, esta es quizás, la mayor consecuencia de su fracaso, ya
que dichas empresas deben ser gerenciadas con herramientas adecuadas a cada
tipo de actividad y empleado.
Por
lo anterior se resalta el hecho de que SI SE DEBE EMPRENDER EN VENEZUELA!. Las
oportunidades están a la vuelta de la esquina, está en cada venezolano escoger
el fracaso o el éxito, y encontrar las oportunidades en estos tiempos de
crisis.
Por:
Ana Paula Cabrera León
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